viernes, 28 de noviembre de 2014

Es complicado

Es muy complicado no saber a dónde uno va. Por más que mire o analice las cosas interiores y exteriores, no encontrar la rosa de los vientos que marque un destino, un trazo a dónde ir, un destello al cual seguir. Sólo sombras confusas en el horizonte. 

Entonces miro a los que están seguros, a los que reman fuerte con la certeza de que hallarán su destino, conduciendo sus botes con respuestas directas y la frente en alto esbozando una dirección. Nunca habrá forma de agradecerle a quien sigue firme aún sabiendo que no sabes a donde vas, que estás completamente perdido y podrías desecarte a lo largo del océano antes de encontrar una salida.

Fotografía tomada por Milza López. Copyright 2014.

Camino en círculos siguiendo las nubes, su camino no tiene sentido al igual que el mío. Me devuelvo, respiro sobre lo desandado y piso mis propias huellas.

Es complicado, te digo. Es complicado y hoy lo sabes. Tengo que abrir la puerta para ti y no sé dónde están las llaves, olvidé mis propias claves secretas y no hay rastro en mi memoria del código de honor. Quisiera viajar en el mismo barco que tú, pero no sé a dónde voy. 

jueves, 27 de noviembre de 2014

Forastera

Por razones difíciles de explicar, es común que me sienta una forastera a donde vaya. No importa el lugar, ni las personas y sus trajes, ni la iluminación del día ni la decoración del ambiente. Siempre me siento extraña. Supongo que mi inexorable tendencia a complicar demasiado la cotidianidad que absorbe nuestro indiferente mundo "globalizado", o la mera resistencia de mi cerebro móvil a moldearse en una coraza ciega han sido pesos que he debido arrastrar por un tiempo que se me ha vuelto demasiado extenso. 

Es este sentimiento el que configuré asociado a la lejanía de una persona que adoraba en la prosa "Aún no lo sabes", que forma parte de mi segundo libro de poesía, "Aurora y Asfixia" y que puedes encontrar en Amazon.

Imagino que compartir el mensaje encriptado, es mejor que hacerlo en el lenguaje directo, porque aseguras que tu censura permita encontrar al lector indicado que pueda interpretarlo, o al menos a aquél que de a poco se deje envolver y se sienta intrigado.

Milza L.

martes, 25 de noviembre de 2014

Mi primer libro




En el año 2007, publiqué mi primer libro titulado "La flecha envenenada y otros textos" junto a un colectivo de escritores llamado El Arca. Este texto era más bien un compilado casi al azar, de cuadernos, hojas sueltas, anotaciones entre libros, cartulinas y otros que había comenzado a hacer desde que tenía unos 11 o 12 años, y que poco a poco fui agrupando, corrigiendo y digitalizando frente a mi fiel computador. 
Supongo que es curioso que ningún poema lleva por nombre "La flecha envenenada", pues no hacía referencia a un escrito en particular sino que la mayoría de los poemas presentados correspondía al cuaderno que llevaba ese título en mi colección de papeles. 
La portada (a la izquierda) era un dibujo confeccionado en mi casa con lápices acuarelables, de colores tradicionales y acuarela, que simulaba un encuentro frontal con una mujer de cabello degradado y mirada dominante sobre una ciudad y un planeta oscuro, mientras una tormenta acongojaba el cielo y un rayo revelador se esparcía sobre el planeta flechado.

Escribir te permite expulsar las miradas, encuentros rotos, versos nacidos de la situaciones más amadas y odiadas y el mundo que recreaste frente a los escenarios que se te han revelado.

Escribir es la liberación misma de las cadenas que nos atan a cada rutina, y eso es lo que comencé a trazar con mi primer libro.

Milza López