viernes, 26 de diciembre de 2014

Serenidad


Después de todo el dolor, el arrepentimiento y los gritos
de la trampa fallida de una cena familiar,
después de la luz solar rompiendo los espíritus, 
después de las promesas no dichas bajo la novena nube, 
después del hombre promedio que escondió secretos promedio, 
después de las explosiones de la tormenta que congelaron nuestro café,
después de la triste sonrisa que derretiste dentro de mis ojos


siempre hay un lugar en tu corazón para yacer en paz...




Siente la respiración, el cielo abriéndose en el poder de los colores.

Milza L. 
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martes, 9 de diciembre de 2014

No soy un holograma


Dibujo personal en lápiz grafito de la autora. 
Sí, sí, sí, eres tú lo que quiero, sin duda. Eres el ave al que le debo la mitad de la vida.

De pronto tú, tu compañía, tu voz, tu piel suave, tu color, tu respiración, todo vuelve, todo es vida. Tú me haces sentir que no vivo atrapada en una matriz informática programada, que no soy un holograma que simula una persona gris en su cotidianidad alienada, una llave metálica que por torque y roce condiciona el fluir de la corriente acuífera, que se mantiene mecánicamente en el más elemental de los fríos bajo tierra y repite sus patrones de óxido hasta el cansancio de las superficies.

Tú haces que surja la espontaneidad elocuente, la risa en la avalancha, la calma inquieta, y hasta la juventud. Simplemente lo coloreas todo, me haces merecedora de todas las maravillas.

Quédate a mi lado, quédate de verdad-verdad, no tengamos miedo ni frío en este invierno, nuestra tibia casa es nuestro amor. 


Milza L.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Libro favorito: Trinervo de Guillermo Fernández Guajardo

Y es que no se puede tener un blog de poesía sin al menos hablarles de mi libro favorito, mi predilecto en tantas noches antes de dormir: Trinervo, de Guillermo Fernández Guajardo, editado por Cosmigonon en 2001 en páginas negras, grises y blancas, y que compila tres textos de poesía en uno solo. 

Es un libro de poesía de vanguardia escrito por un docente de Filosofía de la Universidad de Chile (al menos a la fecha que salió el libro), y que va desencadenando tinieblas suaves, melodías en los ojos que resbalan hacia el cerebro y van trizando fibras que creíamos imposibles de tocar. Al ser una publicación de antología, está compuesto por partes que recogen sus trabajos anteriores, los cuales son "El desencadenamiento de la caja negra" de 1993, "Descalzado de culpa" y "Silencio a dos gritos", éstos últimos de 1997 y 1998, respectivamente. 

Existen muchos poemas que desentrañan pensamientos nocturnos, urbanos y sub-urbanos e imágenes tormentosas a un ritmo excepcional, además del misterio de la caja negra y el trapecista suicida, pero los que jamás me canso de leer son "Mi cabeza estallando", "Puede que el aire se derrumbe" y "Árboles y peces", mencionando a uno de cada sección, aunque también me fascina muchísimo "No dicho por ellas". 

Este texto fruto de la lira en sí misma es muy difícil de encontrar, y tuve la suerte de literalmente secuestrarlo de la biblioteca de mi mejor amigo que fue alumno suyo para poder disfrutarlo siempre. Ojalá que si un día no puedo leerlo por mí misma haya alguien a mi lado que me lo diga antes de dormir.

PD: El mismo autor ha publicado dos libros más de poesía: "Estado decepción" en el 2001 y "camino de la bala" en el año 2013, este último fue nominado a un premio Altazor. Además, publicó uno de aforismos, titulado "Barbarus, diario de Pirque". Actualmente es posible encontrarlo con el nombre de Guillermo Enrique Fernández. 

Y que la inspiración se deslice en esta nueva semana!

viernes, 5 de diciembre de 2014

Pasos bajo las Estrellas

He aquí donde hallar un fotolog antiguo no me ha traído mala suerte, aunque en parte ha sido como abrir la caja de Pandora de los recuerdos, más de algún hallazgo me ha cautivado. Hoy les comparto esta prosa que encontré en medio del polvo ciber-espacial de mi adolescencia, que se abrió en la madrugada como las telarañas que encuentro en mis viajes de bosques sureños y alfombras de hojas secas. 


Telarañas abiertas en los bosques del sur de Chile. Fotografía del autor.


Pasos bajo las Estrellas

"Maldita negación de las almas en el desierto a oscuras, a miles de kilómetros lejos de la ciudad aún no desean decir que están perdidas. Pero cuando lo admitan, deberán encontrar una manera de construir un nuevo mundo en medio de la nada, y crear murallas de acero en contra del ángel. 

Entonces, en medio del frío y bajo una luna que llora, ellas se preguntan si en algún lugar de la arena existirá un Oasis, y comienzan a cerrar los ojos soñando que algún día vuelva Él, y recuerdan inevitablemente, las tardes corriendo entre los trigales, antes de que la mirada donde se reflejaban Sus Ojos se nublara con el dolor de un secreto prohibido.¿Pero dónde estamos ahora? ¿Hacia dónde debemos caminar? ¿Vendrá la señal del camino estelar? ¿O será la última alucinación en plena derrota...?

Desde que las preguntas no tienen respuesta en el eco del desierto, he tenido la escondida esperanza de que El Ángel del mar vuelva, de que revierta las palabras y los significados, que el sentido del tiempo deje de tener sentido, y que con un abrazo suyo el mundo me devuelva la Luz buscada durante tantos años..."

Milza López.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El Cielo

"Incluso si este rapto nos llevara al Cielo..." versa la primera frase de una prosa introductoria a este lúgubre libro titulado "El Cielo".

Este es mi segundo libro de poemas y mi tercer libro publicado, se compone de tres partes fundamentales: Primer Abismo, donde destacan los poemas Presagio (que se puede leer en el preview de la página), La Muerte del Sol, Habitación y Terror al Amanecer, y es donde los espectros que dirigen la lectura van dejando caer los velos y presentándose a mitad de la noche y al atardecer, mientras que Ninfa añade la delicadeza sublime de una dama de Delfos; por su parte Colección del Aire nos brinda un descanso emocional y avizora la velocidad y el estilo del desenlace completo, en la que resalto especialmente Vista al Jardín y Deidad; y por último El Tren, que es donde todo aquello que ha sido revelado procede a derrumbarse, donde aparecen las tormentas eléctricas que arrastran los castillos construidos a pleno desierto y Sol, donde poemas tales como Muerte RegresivaEl Túnel, Venganza y Liberación nos conducen por una vorágine hasta el final calmo del texto, y finaliza el recorrido del hablante por esta versión tridimensional de El Cielo.

Es mi mayor obra hasta hoy, mi mayor amor y pasión entregada en cada verso y cada palabra sentida, construida y digitalizada que se encuentra disponible para su descarga en Amazon para Kindle, esperando en un escritorio su versión impresa para los lectores más tradicionales. 

He estado pensando en un compendio de fotografías que acompañe la lectura. 
Que tengan un feliz mes nuevo, lunas nuevas que nos despejen de las mareas turbias. 


Milza López.

Viajar

En estos días me siento de viaje, aunque físicamente no lo estoy, navego con mi alma separada.
No es que crea en este asunto del alma, pero es una forma lírica de hablar sobre aquello que tenemos dentro.

Soñé con él, que viajábamos en el mismo tren decorado con delicadeza en estilo vintage, era como viajar hacia el pasado.
Desde luego no había un final feliz, todo se enredaba aunque el tren viajaba en forma recta, sin detenerse ni doblar, todo era un sobresalto seguramente porque me lo encontraba a él, y no estaba mi verdadero yo, sino un yo antiguo como el tren.

Lo recordaba todo al despertar, lo recordaba en forma tan vívida que creí no necesitar escribirlo. Cuando volví a cerrar los ojos los sueños se fueron esfumando en medio del humo, abriendo paso una vez más al caos y la confusión de aquello en lo que estamos y no estamos. Los compañeros de viaje que somos y no somos aún sin hablarnos, tantos años después de una costumbre focalizada y reiterada. Tanto que pasó en blanco y negro desde nuestros retratos soberbios de la juventud desmesurada.

Ningún tren nos llevará al pasado, ningún andén recibirá nuestros cuerpos, ningún carro es el pasado que en otras vidas juramos perder, ningún tesoro saldrá a flote tras hundirse nuestro barco.


Milza L.