martes, 9 de diciembre de 2014

No soy un holograma


Dibujo personal en lápiz grafito de la autora. 
Sí, sí, sí, eres tú lo que quiero, sin duda. Eres el ave al que le debo la mitad de la vida.

De pronto tú, tu compañía, tu voz, tu piel suave, tu color, tu respiración, todo vuelve, todo es vida. Tú me haces sentir que no vivo atrapada en una matriz informática programada, que no soy un holograma que simula una persona gris en su cotidianidad alienada, una llave metálica que por torque y roce condiciona el fluir de la corriente acuífera, que se mantiene mecánicamente en el más elemental de los fríos bajo tierra y repite sus patrones de óxido hasta el cansancio de las superficies.

Tú haces que surja la espontaneidad elocuente, la risa en la avalancha, la calma inquieta, y hasta la juventud. Simplemente lo coloreas todo, me haces merecedora de todas las maravillas.

Quédate a mi lado, quédate de verdad-verdad, no tengamos miedo ni frío en este invierno, nuestra tibia casa es nuestro amor. 


Milza L.

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