Suspendida
La lágrima de la traición
Cae al infierno sostenida
Por el silencio sin perdón.
Aunque quiere morir,
Aunque deseaba vivir,
Aunque casi fue asesinada,
Aunque se arrepienta de existir,
Por la culpa en su espalda
O por el sonido maldito
Sin control en su alma.
El grito del dolor
Canta y le ataca,
Confunde el don de llorar
Con un lamento,
Es tristeza desahuciada,
Apartada hasta la resignación,
Evaporada sin color,
Jamás pensada de corazón,
Jamás ocultada
Del sumidero sin sol.
Es una lágrima de sal
Cruzando sangre dulce,
Atravesando la mar
Que duerme sin luces.
Extraído de "La flecha envenenada y otros textos",
Milza López, 2007.
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