domingo, 27 de marzo de 2016

¿Seré Yo, Maestro...? (Interrogaciones)

-¿Cómo pude haber estado tan equivocada? 
-¿Cómo pude haberte reconocido de inmediato?

 Al final de los pasos enmohecidos en el bosque no existía el arcoiris que desde dentro vislumbraba.

-¿Cómo podía no ser quien yo esperaba? 
-¿Cómo podría no ser la luna tras el vidrio borroso de la ventana, sino un simple poste de luz con energía intermitente? 
-¿Cómo es que no hubo ningún pacto bilateral antes de que naciéramos y en ningún lugar tú me encontraras? 
-¿Y cómo es que ya no tendremos otra vida?

Una segunda oportunidad en la que podamos cambiar el túnel sombrío por un río de aguas esmeralda. 

-¿Cómo es posible que el mapa de mi destino lo haya visto en forma equivocada en tu mano descubierta? 
-¿Cómo pudiste recortar las mañanas durante tantos años sin cesar ni un solo día ni fallar ni un solo tiro con tu ojo de halcón cuando liberaste cada partícula de resplandor hasta mi alma? 
-¿Cómo es que no soy yo, Maestro
-¿Cómo es que al mirar hacia atrás encuentro que soy sólo otra sirena en un mar colapsado de deidades nadadoras? 
-¿Cómo es que no soy la única que siente tu aroma sin tenerlo ni remotamente? 
-¿Cómo es que pasan y pesan anquilosamente* los años y el tiempo parece totalmente incompetente ante esta estatua de bronce que truena y ya debió haberse oxidado y olvidado de lo prometido que no ha llegado jamás? 
-¿Es que acaso debo aceptarlo y resignarme a ser una metáfora lúgubre del día que vive enamorado de la noche y que persigue incesantemente sabiendo que nunca podrá encontrarlo? 
-¿Cómo puede ser que no sea yo la mano apretada y la frente besada delante de todos los ejércitos? 
-¿Cómo es que tras desencadenar la cinta que te puso Brahma, desenvolviste un rostro que no era el mío y tomaste un corazón del cofre de sequoias y adentro no existía ni el sonido de mi nombre? 
-¿Cómo es que sentí que me mirabas y que intentabas indagar en mi nostalgia con tu voz de cielo desde la primera vez que vi tu foto el calendario de invierno de la biblioteca brava?
-¿Cómo pudo ser que al verte envuelto en oro frente a la multitud apabullante la fuerza de tu danza me deleitara hasta la hipnosis más completa, y la gravedad se apagara sólo para que tú te elevaras y yo supiera que eras tú, y sintiera que te conocí desde antes de enfrentarme por primera vez al aire?

Vamos, que en tu furia y tu hartazgo de ser perseguido por flores y sirenas, decidas virar la devoción de tu barco y decirnos de una vez que estamos equivocadas, y que no eras tú quien nos despertará un día, y que no fue tu voz la que ha querido empujarme hacia el borde de la isla, y que sólo fue un sueño, un sueño embalsamado.


Muéstrame con tus propias piezas que todo ha sido un escenario, que el brillo deslumbrante de tu aura no era más que luces estructuradas en un armazón diseñado para la catarsis griega en pleno siglo XX. Quiero ver que tu ascenso responde a un canto sintético, que tu sonrisa ilumina la galaxia gracias a una luz mecanizada, y que el eco de tus suspiros se propaga hacia el infinito por medio de un sistema de sonido totalmente artificial. Detén la marcha de tus seguidores y déjame tocar en tu espalda alas contrahechas de plumas robadas y ensambladas a medida de tu cuerpo de semidiós. Muéstrame que no era cierto, que no era yo, que sólo soy otra poeta en una misión suicida, que es una sugestión bizarra haber reconocido cada rincón de tu casa, que no es posible ni socialmente aceptable tener recuerdos amontonados de tantas caminatas descalzos en la arcilla del lago, de tantas mañanas escalando árboles milenarios, de tantas penas ahogadas en la hierba florecida, de tantos veranos buscando el tesoro en la costa señalada, de tantos besos bajo el agua del río que acababa de acariciar la montaña, de tantos cuentos que leíste en voz alta y cambiante antes de dormirte sobre mi cama, dime que no es a mí a quien le confiaste tu último secreto antes de evaporarte hacia la nada, que no fue conmigo que escapaste para construir columnas de orquídeas a los pies de la Reina del Nilo. 

Baja de una vez y dime al fin que no soy yo y que no existo, que soy una loca más que intenta salirse de su jaula, dime personalmente que tú no eres para mí, que estoy profundamente equivocada, para así pensar que al menos me distingues de en medio de la bandada, y pensar que has descendido para decirme algo que no fue exactamente lo que quisiste decir, y que si junto de cierta manera tus palabras las consonantes que pronunciaste formarán un código que me permitirá rescatar una llave que me dejará cruzar una mampara que se esconde en un patio sagrado y que hallaré un jardín con el polvo de los inciensos que perdí en mi infancia, y que entonces todo tendría sentido, y que el calipso en el centro de tu Atman me llevará hasta el Nirvana que he buscado tanto tiempo, y que seré al fin libre de este cuerpo, y que todas tus lágrimas escarlata dejarán al fin de derramarse en la jarra mística de la Psicosis, y que con mis propios dedos sanaré la herida de tu pecho, y un beso calmante sellará el reloj de agua, y entonces no habrá cielo más allá del cielo, y sabré que no estaba equivocada, no estaba equivocada…


"Archangel Michael: And No Message Could Have Been Any Clearer", obra fotográfica mixta de David LaChapelle.
 
La segunda venida se ha ido de este mundo. 
Cada quién crea y destruye a su propio dios. 
Hoy es un día aleatorio de un calendario insular que no da pie a las coincidencias.


Adelanto exclusivo de "Escape de la Interfaz Urbana", capítulo sobre los Maestros.
Milza López, 2015-2016.

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