domingo, 17 de julio de 2016

Sinem (Desclasificado)

No tengo casi nada que envidiarle a Sinem Kobal, nunca quise ser modelo, actriz o gimnasta. Nunca quise ser rubia y aunque pudiese pagarla, no tendría ropa de diseñador.

Supongo que lo único que le envidio abiertamente a es tener a su lado Kenan, y poder irse con él de vacaciones a lugares como Grecia o Londres. Y poder recorrer cualquier calle de su mano y saber que él no la soltará. Y poder oler las flores que él lleva hasta su balcón. Y poder verse en esos ojos tan expresivos y llenos de algo que jamás podría describir. Sólo eso. Nada más.

Pero claro, si yo pudiera llevarlo conmigo probablemente viajaríamos al Tíbet, o a Perú, o la Patagonia, o al Amazonas puro con ríos hirviendo.

A veces lo que la gente cree que es amor no es más que un fenómeno de autocorrelación espacial que produce, a la larga, una serie de falsos positivos. 

Como siempre, yo y mis amores imposibles…


Qué mala suerte nos toca a las sirenas aceptar, la de ver a los amados navegantes a otros destinos sólo porque no deben confundirse en nuestros ojos profundos, o sólo porque los caprichos del espacio tiempo no desean darnos en el gusto aunque sea un día en este trayecto. 


Sinem Kobal y Kenan Imirzalioglu, imagen modificada para el blog.

Milza López 2016
Contenido exlusivo para Blogger

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